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Beneficios de la lactancia materna

Beneficios de la lactancia materna

Durante el embarazo es probable que te plantees si darás a tu hijo lactancia materna o no.

La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido y contiene todo lo que el bebé necesita durante los primeros meses de la vida, de hecho, la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida.

Recuerda: cualquier mujer puede alimentar a su hijo exclusivamente con su leche. Confía en el instinto (el tuyo y el de tu hijo) y en la ayuda de profesionales especializados.

Beneficios de la lactancia materna

La lactancia materna refuerza el sistema inmunológico y al niño frente a muchas enfermedades tales como: catarros, bronquiolitis, neumonía, diarreas, otitis, meningitis, síndrome de muerte súbita del lactante y otras.

Los beneficios de la lactancia materna también se extienden a la madre.

Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión posparto.

La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres que amamantaron a sus hijos.

Piel con piel y lactancia

Es importante que al niño se le ofrezca el pecho lo antes posible, después de nacer suele quedar adormecido unas horas.

Durante este tiempo, es recomendable que el bebé permanezca junto a su madre aunque no muestre interés por mamar y que se estimule el contacto piel con piel entre ambos.

Así, puede ofrecerse el pecho tan pronto como se observe que el niño está dispuesto a mamar (movimientos de la boca buscando el pezón, hociqueo…) y no solamente cuando llore.

El llanto es un signo tardío de hambre.

El inicio de la lactancia: Consejos

Cualquier mujer puede alimentar a su hijo exclusivamente con su leche.

El principal estímulo que induce la producción de la leche es la succión del niño.

La cantidad se ajusta a lo que el niño toma y a las veces que vacía el pecho al día.

La calidad también varía con las necesidades del niño a lo largo del tiempo.

Durante los primeros días, la leche es más amarillenta (calostro) y contiene mayor cantidad  de proteínas y sustancias antiinfecciosas; posteriormente aparece la leche madura.

Su aspecto puede parecer «aguado» sobre todo al principio de la toma ya que es hacia el final de la misma cuando va aumentando su contenido en grasa.

Sin embargo, no existe la leche materna de baja calidad; ésta siempre es adecuada al bebé y es todo cuanto necesita.

Es importante, sobre todo al principio, que no se ofrezcan al niño chupetes ni biberones. Una tetina no se «chupa» de la misma forma que el pecho por lo que el recién nacido puede «confundirse» y posteriormente agarrar el pecho con menos eficacia.

Esto puede ser la causa de problemas tales como grietas en el pezón, mastitis y falta de leche a la larga.

Un recién nacido sano no necesita más líquidos que los que obtiene de la leche de su madre, no es necesario ni recomendable ofrecer agua, ni soluciones de suero glucosado.

Duración y frecuencia de las tomas

El tiempo que cada bebé necesita para completar una toma es diferente para cada bebé y cada madre y también varía según la edad del bebé y de una toma a otra.

La composición de la leche no es igual al principio y al final de la toma, ni en los primeros días de vida o cuando el bebé tiene 6 meses.

La leche del principio es más aguada pero contiene la mayor parte de las proteínas y azúcares; la leche del final de la toma es menos abundante pero tiene más calorías (el contenido en grasa y vitaminas es mayor).

Tanto el número de tomas que el niño realiza al día, como el tiempo que invierte en cada una, es muy variable.

Es mejor ofrecer el pecho «a demanda».

Un niño puede desear mamar a los 15 minutos de haber realizado una toma o por el contrario tardar más de 4 horas en pedir la siguiente, aunque al principio, durante los primeros 15 ó 20 días de vida, es conveniente intentar que el niño haga al menos unas 8 tomas en 24 horas.

No es aconsejable que se limite la duración de cada toma, el bebé es el único que sabe cuándo se ha quedado satisfecho y para ello es importante que haya tomado la leche del final de la toma.

Lo ideal es que la toma dure hasta que sea el niño quien se suelte espontáneamente del pecho.

Algunos niños obtienen cuanto necesitan de un solo pecho y otros toman de ambos. En este último caso, es posible que el niño no vacíe completamente el último, por lo que la toma siguiente deberá iniciarse en éste.

Nuestro equipo de enfermeras te ayudará en el inicio de este proceso, la mayoría de los problemas con la lactancia materna se deben a una mala posición, a un mal agarre o a una combinación de ambos. Una técnica correcta evita la aparición de grietas en el pezón.

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